viernes, 28 de diciembre de 2012

PRÓLOGO

Unos meses atrás, revisando el voluminoso archivo de Graziano en los medios, noté que buena parte de ese material merecía una publicación menos restringida. Tanto para el escarnio de los críticos como para el elogio inmaduro de la plebe. Tracé un plan para su edición y salí en busca de Graziano. Su proverbial ostracismo hizo que resultara imposible acercarme con la propuesta. No encontré correos, direcciones ni teléfonos donde ubicarlo. Sin embargo, logré ponerme en contacto con el periodista Sebastián Benedetti, que compartió la autoría de Estación Imposible, su opus dedicado a la revista Expreso Imaginario. Con su elegancia habitual, Benedetti me persuadió para ponerme en marcha: ‘no le de pelota, Villareal: haga lo que se le cante’. Estos son los primeros resultados.

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