No era la primera vez. Cuando BDT publicó su primer opus, nuestro periodista se hizo cargo del reportaje para TDI. Todo parece indicar que lo sorprendió la actitud genuina de estos muchachos. Su inquietud, su falta de vanidad. Ahora que editaron El retorno, su trabajo fue para la revista G7. Y las coordenadas del encuentro vaya si fueron simbólicas: Graziano debió buscarlos entre los anaqueles del laberíntico Ateneo. Aquí está el asunto.
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